Hola, soy Carlos Morán. Como don Emilio está de baja física, pero no mental, es prácticamente imposible que desconecte de su profesión de juez de Menores. El otro día hablábamos de las relaciones tormentosas que, con indeseada frecuencia, incendian a algunas parejas de adolescentes y de niños -«porque con trece o catorce años son niños», precisó-, y suelen acabar, sí o sí, en los juzgados. Pero lo peor, comentó don Emilio, es el daño que se hacen. «Se quieren hoy, se pelean mañana, se acuestan al otro, se pegan, vuelven a quedar… y esto los está destrozando. A una edad en la que tenían que pensar en jugar y divertirse, reproducen los peores comportamientos de los adultos. Es una pena».