Hola, soy Carlos Morán. Una calle de un barrio de Granada. Una mujer pasea un perro y se cruza con una joven negra. La vecina blanca, en tono acalorado y bronco, le grita a la chica que se vaya a su casa. Sin tener ninguna información sobre las razones que han llevado a la joven a salir y empujada por el fuego de sus prejuicios, ordena y manda: «No se puede pasear, que hay coronavirus, vete a tu país o te reviento».
Vamos a ver, ante todo educación y respeto. Y también hay tener claro que el coronavirus no nos ha colocado en la pechera una placa de sheriff. Para eso están las fuerzas de seguridad del Estado.
Le cuento el desagradable incidente a don Emilio y me dice. «Me temo que esto va ir a más. Espero equivocarme y que el remedio no sea peor que la enfermedad», se lamenta.