Hola, soy Carlos Morán. Don Emilio prosigue con su recuperación y ya hay amigos de esta página que lo han visto pasear por el Albaicín, su barrio. Efectivamente, era él. Está poniéndose en forma físicamente, porque la mental no la ha perdido. Un ejemplo, estábamos hablando sobre lo humano y lo divino y me suelta esta sentencia: «Yo prefiero que me denuncie mi hijo por mirarle al móvil a que un juez me condene a pagar 15.000 euros por las barbaridades que ha hecho ese hijo con el móvil».
Los hijos de don Emilio ya no tienen edad para que él les ande mirando el móvil, así que el mensaje es para los que sois padres de menores de edad. Ya sabéis, el dilema es: ¿la intimidad del niño o pagar una indemnización de 15.000 euros ( o más)? Dadle una vuelta al tema.