Hola, soy Carlos Morán. Don Emilio está nostálgico. Le cogió la pandemia en plena baja, lo que significa que lleva más de dos meses sin impartir justicia entre los menores, que es su profesión, pero también su vida. Y se nota. «Nunca pensé que tuviera oportunidad de decir lo que voy a decir ahora: echo de menos a mis ‘choricillos’, a los niños que tenemos encerrados en centros de internamiento. Sé que lo estáis pasando mal porque estáis aislados y eso es un encierro añadido: no tenéis permisos, tampoco visitas, etc. Estáis cumpliendo vuestra penitencia en unas circunstancias muy complicadas, pero sabed que la justicia de Menores no es ciega, si acaso tuerta, y tendrá en cuenta lo que estáis pasando. Sed buenos».