Hola, soy Carlos Morán. Ahora que la pandemia parece que empieza a aflojar (toquemos madera), dice don Emilio que hay que intentar que no olvidemos lo que hemos aprendido. De eso va su reflexión diaria: «Hemos aprendido a encerrarnos en nuestras casas, a renunciar a la libertad. Ojalá que eso nos haga ser más solidarios áun y a ponernos en la piel de los que tendrán que seguir confinados cuando el coronavirus pase, porque seguirá habiendo confinados. Como los había antes del coronavirus. Me refiero, por ejemplo, a los niños con cáncer que están en tratamiento y tienen que permanecer en el hospital durante muchos días. Y tienen fuerzas para ser felices. Chicos, pensad en ellos antes de quejaros por ‘chuminás'».