Buenas, soy Emilio Calatayud. Todavía no hay la suficiente distancia para analizar los efectos del confinamiento. Seguramente, dentro de 20 ó 30 años habrá tesis doctorales al respecto… O no, quizá dentro de 20 ó 30 años nadie se acuerde del coronavirus ni la madre y el padre que lo parieron, porque en este mundo las noticias tienen una vida muy corta.
Pero bueno, yo, sin ser sociólogo ni pretenderlo, he observado que el confinamiento sirvió, en algunos casos, para separar a los que estaban juntos y en otros, para juntar a los que no se podían ni ver. Me explico: hay parejas que han roto y hay otros que han hecho ‘chats’ con sus cuñaos a pesar de que al principio de la pandemia no se tragaban. Pero era tanto el afán de comunicarse que ahora se quieren como hermanos, ¡qué raro es todo!