Buenas, soy Emilio Calatayud. Que los niños y los adolescentes se agredan, lo graben y lo suban a las redes sociales es algo desgraciadamente habitual. Más de lo que nos pensamos. Ocurre a diario y solo una parte llega a la fiscalía y los juzgados de Menores. No por ello deja de ser un problema que escandaliza, indigna y causa tristeza. Pero también escandaliza, indigna y causa tristeza que haya cientos o miles de personas que vean y compartan esos vídeos. El que esté libre de pecado… Si nadie lo hiciera, sería un delito en vías de extinción.