Buenas, soy Emilio Calatayud. Siempre digo que bastante bien salen algunos niños con los papás que tienen, pero ese mismo pensamiento vale también para los políticos, que, a fin de cuentas, son los padres de la patria (eso dicen). Pues eso, que bastante bien va algún país, señor Trump, con el presidente que tiene. Pasó de negar que existiera el virus a sugerir que había que beber lejía para matarlo. Y, por supuesto, nada de mascarilla. Venga a cachondearse del virus y ahí lo tienen: contagiado. Sin embargo, que el corona haya infectado al que es, en teoría, el hombre más poderoso del mundo encierra una lección: el bicho es ‘democrático’, afecta a todos.