Hola, soy Carlos Morán. Aquí os dejamos una bonita historia que ocurrió el lunes en el juzgado de don Emilio. Un joven acusado de un pequeño robo no pudo acudir a la sala de vistas para ser juzgado porque estaba en el paritorio para ver nacer a su hijo. Y el juicio se hizo por teléfono. Duró unos pocos minutos y luego el inminente papá y don Emilio mantuvieron la siguiente conversación:
Fue más o menos así:
«¿Cómo va todo?», inquirió el juez.
–«Bien, ya le han puesto las correas (la monitorización fetal, en la jerga técnica) a mi novia y estamos esperando», respondió el joven..
–«¿Pero ella está bien, no?», prosiguió el togado con el tierno interrogatorio.
–«Sí, sí».
–«Pues me alegro y espero que todo vaya bien», expresó el juez y todas las partes se sumaron a los buenos deseos.
–«Lo que no sé es qué contenido te vamos a poner como trabajo en beneficio de la comunidad, porque bastante vas a tener con criar a tu hijo», comentó Calatayud.
–«Ya ves», concedió el chaval, que, al igual que su pareja, ya es mayor de edad.
–«¿Qué es niño o niña?», continuó el magistrado.
–«Niño, es un niño», desveló el padre primerizo desde el paritorio.
–«Pues nada, lo dicho, que todo vaya bien», reiteró Calatayud.
–«Gracias», concluyó el chico.
Quien quiera leer la noticia completa puede hacerlo aqui:
https://www.ideal.es/granada/emilio-calatayud-juzga-20201021191553-nt.html