Buenas, soy Emilio Calatayud. Desde marzo, cuando empezó la pesadilla, no he besado ni abrazado a mi única nieta, y no ha sido por falta de ganas. Solo tiene un año y medio, pero es muy observadora. Ella tampoco me ha besado ni abrazado desde marzo porque me quiere mucho. Es muy difícil ser abuelo en estos tiempos. Pero quien resiste gana.