Buenas, soy Emilio Calatayud. Carlos y yo queremos rendir un emocionado homenaje a Elo, maestra de Infantil ya jubilada, que acaba de perder a su marido en Granada. Sabino, que así se llamaba él, también era docente y también estaba retirado (aunque los buenos ‘profes’ no se retiran nunca y él lo era). La última noche que pasaron juntos en el hospital, Elo estuvo cantando nanas a Sabino para ayudarle a bien morir. Imposible imaginar una despedida más bonita y conmovedora. La mejor lección de una pareja de enseñantes.
En esta vida hay que tener suerte para vivir y para morir.