Buenas, soy Emilio Calatayud. El niño ya no podía andar ni apenas moverse por culpa de una enfermedad degenerativa. Y al niño le gustaba mucho jugar al fútbol. Su mal no tenía cura y cuando le llegó la hora, su madre le dijo: «Ahora te vas a dormir y, cuando despiertes, jugarás al fútbol». Y el niño se apagó tranquilo.
El mundo está lleno de buenas personas. Y es bueno que se cuenten sus historias.