Buenas, soy Emilio Calatayud. Hace ya tres años que condené a cortarme el pelo a un chaval que había robado en una peluquería y quería ser peluquero. Por lo que sé, le fue bien y acabó ganándose la vida con las tijeras. Después he condenado a alguno más a pelarme y el resultado siempre ha sido satisfactorio. Es que si me llegan a hacer trasquilones los encierro por desobediencia, ja, ja, ja.
Hace unas semanas, estuve a punto de condenar por primera vez a una niña a cortarme el pelo. También quería ser peluquera. Pero me rajé, ella llevaba un peinado (de color azul eléctrico) tan raro que me dio miedo, ja, ja, ja.