Buenas, soy Emilio Calatayud. Y cuando parecía que las cosas podían empezar a mejorar con la vacuna, llegaron Filomena y la tercera ola, y ya estamos peor que antes. Y mira que parecía difícil. Por el ‘bicho’, los chavales están en clase con las ventanas abiertas y a cero grados, ni frío ni calor, que decía el otro. Mantas, gorros… Parecen los chiquillos de la posguerra. Ya hay niños que me dicen: «No me condene a estudiar, que me hielo en el ‘insti’, prefiero que me encierre, señor juez». Y el internamiento es la pena más severa que hay para los menores… Pues la prefieren antes que congelarse. Estoy de acuerdo con ellos: ir al cole en estas condiciones es más cruel que meterlos en un celda. Una pena.