Buenas, soy Emilio Calatayud. En España hemos pasado de un extremo al otro en casi todo. Por ejemplo, a los antiguos nos enseñaron que cuando se adquiere un compromiso hay que cumplirlo. Y, en general, es lo que hemos hecho. Vamos, que hasta que no cumplimos lo que decimos nos sentimos mal, culpables. Estamos inquietos porque una voz nos dice constantemente «todavía nos has cumplido lo que prometiste…» Somos así de tontos.
En cambio, ahora hay muchos que alardean de no cumplir nunca con sus compromisos o de hacer justo lo contrario de lo que dijeron. Lo dicho, hemos pasado de un extremo al otro también en esto. Y tan ricamente, oye….