Buenas, soy Emilio Calatayud. Antes, un trato se cerraba con un apretón de manos. Si uno daba su palabra, eso era casi sagrado. De hecho, los antiguos conservamos esas costumbres y las recuperaremos cuando se vaya el ‘bicho’. Pero me temo que es una forma de funcionar que está en peligro de extinción. Ahora las cosas se dicen sin dar la cara, a través de tuits. ¡Qué tiempos estos en que vale más un tuit que dar tu palabra cara a cara o un apretón de manos! Así nos va