Buenas, soy Emilio Calatayud. Ya estoy harto de que haya quien coja lo que digo para acabar diciendo justo lo contrario de lo que quiero decir. Pero, vamos, a todo se acostumbra uno. Eso sí, no me callo. Yo nunca he hablado de lo que cuesta mantener a un menor en un centro de protección, de PROTECCIÓN, insisto, entre otras cosas, porque no lo sé. Lo que sí sé, como juez penal que juzga a los niños, es lo que cuesta mantener a un niño en un centro de reforma, de REFORMA, insisto: unos 200 euros al día. Un centro de reforma, para el que no lo sepa, es donde encerramos a los niños que han cometido delitos, sean creyentes en Alá, en Dios nuestro señor o ateos (la mayor parte, por cierto, son españoles). Siempre he dicho, y el que lea este blog lo sabe, que considero que es un dinero muy bien empleado porque conseguimos rehabilitar a más del 80% de los chavales. Sabéis lo que nos dicen la mayoría de ellos cuando cumplen las penas: «Gracias».
También diré otro cosa que he repetido decenas de veces en este blog: admiro la valentía y el tesón de los niños de las pateras. Debería ser obligatorio que nuestros ninis conocieran de viva voz las historias de estos chicos.
Y lo último que quería decir: los niños no tienen precio. Un saludo.