Buenas, soy Emilio Calatayud. En mi juzgado (y seguro que en los del resto de España pasa lo mismo) nadie discrimina a un niño porque sea negro, blanco, homosexual o transexual. Es más bien al revés, hemos condenado a mas de uno, con apellidos cristianos y mucha mala leche, por discriminar o acosar a los negrillos, los homosexuales, etc. Eso, además de un delito, es un pecado, lo digo para los que, como yo, son católicos, apostólicos y romanos.
Y lo digo porque parece que los jueces y fiscales de Menores igual pasamos a llamarnos jueces y fiscales de niños, niñas y niñes. Sea como sea, nosotros seguiremos protegiendo a los niños de otros niños y de sí mismos, que es lo que hemos hecho toda la vida: intentar que tras un tropiezo (o dos…) tengan una nueva oportunidad y sean buenas personas, que es de lo que se trata. Eso es cumplir con la Constitución y el resto de las leyes.