Buenas, soy Emilio Calatayud. El padre de uno de los detenidos por la muerte de Samuel, al que reventaron a patadas y golpes, ha manifestado su dolor por lo ocurrido con una de esas frases que se te quedan grabadas: «Soy un muerto en vida». Y, efectivamente, cualquiera de nosotros, si tenemos dos dedos de frente, se sentiría como un muerto en vida si nuestro hijo hubiese matado a patadas a otro joven. Lo digo como ciudadano y también como juez penal, porque he tratado a personas que nunca podrán digerir lo que han hecho sus hijos. Son muertos en vida.
No se trata de establecer comparaciones: la víctima es Samuel y punto. Pero a muchos padres me gusta recordarles que su hijo puede ser una víctima, pero también un asesino. Nadie está libre ni de lo uno ni de lo otro.