Buenas, soy Emilio Calatayud. La fidelidad ya no es lo que era (y no me refiero a la fidelidad de pareja, que, tampoco es que esté en su mejor momento). Ahora, muchas empresas se vuelcan con los nuevos clientes y se olvidan de los antiguos. «Ven con nosotros y te damos, esto, aquello y lo de más allá». Y va uno que lleva media vida con ellos a pedir eso mismo y no le dan nada. «Es que es para los nuevos».
Y le dices, como diría mi paisano José Mota: «No le pido que me lo supere, pero iguálemelo por lo menos». Nada. La fidelidad está devaluada.