Buenas, soy Emilio Calatayud. Lo normal en estos tiempos duros de ‘ninis’, pero también de salarios bajos y paro juvenil, es que los hijos no dejen el nido hasta que están bien maduros… Pero también hay quien se preocupa porque un hijo se vaya de casa demasiado pronto. Por ejemplo, con 18 años. Pero es que a esa edad ya no se le puede obligar a volver… Lo que más duele, y lo entiendo, es que se hayan ido con quien no les conviene. En ese caso, solo cabe tener paciencia, esperanza y suerte.
Y para los católicos como yo o quienes profesan otras religiones, pues oración.