En una sociedad democrática, las leyes son el fruto del diálogo y el pacto entre las diferentes fuerzas políticas. Lo digo porque hay quien se olvida de estas cosas. Y la ley y la autoridad, que tanto critican algunos, son necesarias para que una sociedad no sea la selva. Recuerdo que hace unos años casi ningún motociclista se ponía el casco. Pues la ley y la autoridad, a base de multas, sirvieron para imponer el uso del casco y salvar cientos de vidas.