Mi abuelo y mi padre me enseñaron que los tratos se cerraban con un apretón de manos y eran irrompibles, ya no existe eso

 

Foto: Pepe Marín

Buenas, soy Emilio Calatayud. Mi padre y  mi abuelo me enseñaron, y lo he practicado, que los tratos y los acuerdos se cerraban con un apretón de manos y eso valía más que cualquier papel. Ahora eso ya no existe.  No hay respeto por la palabra dada. Ni por la escrita. Y es triste. Habrá cosas en las que habremos mejorado, pero en otras hemos ido para atrás.

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