Buenas, soy Emilio Calatayud. Dos años ya de pandemia. Lo primero es lo primero: todo nuestro cariño para las personas que han muerto (y siguen muriendo) por culpa del ‘bicho’ y para sus familias.
Por lo demás, en estos dos años hemos aprendido que estar encerrados no mola. Y eso que era en nuestras casas. Pues no lo olvidéis niños (y adultos), una celda de un correccional o de una cárcel son bastante más duras. Os lo dice un juez que han mandado a cientos y cientos de chavales a un centro de internamiento. Y también a algún adulto a la cárcel.