Buenas, soy Emilio Calatayud. A nuestros padres les inquietaba que los hijos estuviéramos todo el santo día en la calle. ¿Dónde andarán? ¿Con quién estarán? ¿Cómo vendrán? Y lo normal es que volviéramos con rasguños por todas partes y moratones.
En cambio ahora lo preocupante es que los hijos se encierren en su habitación y no salgan durante horas. ¿Será adicto al Internet? ¿Estará pirateando algo? Llaman a la puerta, ¿será la Policía que viene por algo que ha hecho el niño con el ordenador?
Nuevas preguntas para nuevos tiempos. El caso es que los padres no descansan hasta que se mueren.