Buenas, soy Emilio Calatayud. Después de la bendita Semana Santa, que de nuevo a podido tomar las calles, vuelve la bendita normalidad. Los niños al cole y los padres y las madres, al trabajo (los que lo tengan, claro). Ya se echaban de menos las queridas rutinas.
Esta semana que empieza, además, podremos prescindir de las mascarillas también en interiores (aunque seguirá habiendo excepciones). Eso también es normalidad después de tantos meses de pesadilla. Pero, vamos, que yo no me voy a desenmascarar todavía. No es miedo. Es prudencia. Pero cada uno que haga lo que quiera. Por supuesto.