Buenas, soy Emilio Calatayud. Tenemos ‘choricillos’ que son muy chorizos y tenemos que juzgarlos varias veces: diez o doce, por ejemplo. Algunos de ellos acaban mal, es decir, en la cárcel, pero otros muchos salen adelante y se convierten en personas de provecho. ¿Y cómo se sabe que un ‘choricillo’ reincidente va bien: pues cuando llega a un juicio y nos dice: «Me alegro de verles».
No me diréis que no es bonito.