Buenas, soy Emilio Calatayud. Los niños pequeñines, cuando empiezan a hablar, tienen una época en la que les da por decir todo el rato «cacota», «pis»… Y te tienes que reír. Les encantan las palabras malsonantes. Pues hay quien llega a la madurez y sigue igual, es decir, sin superar esa época. Esto suele afectar a bastantes políticos.