Buenas, soy Emilio Calatayud. Vamos a empezar la semana con buen pie y una de esas historias que hacen que empecemos o terminemos la jornada con una sonrisa en la boca. El chaval se llama Óscar, tiene 15 años y es un mal estudiante. Total, que lo expulsaron del instituto, pero en lugar de quedarse en casa tocándose la barriga, le mandaron a echar una mano en una residencia de ancianos. Como es un manitas, ha acabado arreglando las sillas de ruedas y los tacatás del los abuelos. Unos y otros han salido ganando. Esto ha ocurrido en Churriana de la Vega, un pueblo de Granada en el que el Ayuntamiento tiene un programa que hace posible estas cosas.