Buenas, soy Emilio Calatayud. Todos los que ya pasamos de los cincuenta nos acordamos de lo que estábamos haciendo cuando saltó la noticia de que ETA había asesinado, tras secuestrarlo, a un joven concejal del PP de Ermua llamado Miguel Ángel Blanco. Causa escalofríos pensar en lo que debió sentir ese chico cuando esperaba a que los verdugos le dieran el tiro de gracia.
Ningún niño español debería terminar la enseñanza obligatoria sin saber quién fue Miguel Ángel Blanco. O José Antonio Ortega Lara… O cualquier otra víctima del terrorismo. Si eso ocurre, será una derrota de todos.