Buenas, soy Emilio Calatayud. En algún momento del camino perdimos el rumbo y todavía no lo hemos recuperado. Lo digo porque hemos conseguido la cuadratura del círculo: hay hombres de 30 años que parecen niños de ocho y viceversa, niños de ocho que parecen adultos de 30.
A ver, no hay que tener prisa para que los niños dejen de serlo antes de tiempo, pero tampoco es bueno que la infancia se alargue hasta el infinito y más allá. Y lo estamos haciendo todo al revés.