Buenas, soy Emilio Calatayud. Espero que la inflación galopante que padecea aunque sea un solo efecto positivo: que los móviles de última generación y precios desorbitados dejen de ser el regalo estrella de los niños en las comuniones, Reyes o cumpleaños. Ojalá veamos que hay otras prioridades que no son que los niños tengan un teléfono-cámara de 800 ‘pavos’, porque se nos estaba yendo la cabeza.