Buenas, soy Emilio Calatayud. Ha muerto el sabio granadino don Estanislao Peinado (en la imagen), el padre de mi mujer, Magdalena y, por tanto, mi suegro. Él fue quien pronunció la frase que ha servido para titular este comentario, que es una reflexión maravillosa.
«Siempre digo que las madres tienen que cantar nanas a sus hijos para no correr el riesgo de que sean unos chorizos. Cuando me examiné para ser profesor de música en Secundaria canté una nana al tribunal. Y aprobé, aunque me faltó sentarme en una silla de anea, que es donde se cantan las nanas», contaba don Estanislao, maestro de música y de músicos.
Ha fallecido apaciblemente en su casa del barrio del Albaicín, donde decían de él que era un «antisistema» porque no bebía, no fumaba y no había entrado nunca en un banco.
Últimamente, se había hecho amigo de un par de jóvenes vagabundos porretas que lo visitaban todas las tardes. Le cogieron mucho cariño. Y él a ellos, mucho más. Como buen cristiano, trataba de convertirlos para que enderezasen sus vidas y ellos se lo agradecían.
Descanse en paz don Estanislao.