Buenas, soy Emilio Calatayud. Con tanto cambio en las leyes educativas hemos conseguido universitarios que ofenden y desprecian a grito pelado a sus compañeras. Nos lo tendríamos que hacer mirar. Lo que se ha escuchado en un colegio mayor de Madrid es también el fruto amargo de la pérdida de autoridad de los padres y los maestros. Si no respetas a tus padres ni a tus maestros, ¿por qué vas a respetar a tus compañeras de universidad?
Este incidente también deja claro que lo que no da la naturaleza Salamanca no lo presta. Tendrán títulos pero seguirán siendo unos cafres.