Buenas, soy Emilio Calatayud. Todo va tan rápido que ya se nos ha olvidado Halloween, la fiesta de los disfraces terroríficos, pero también del vandalismo y los delitos. Pero la justicia no olvida, no puede. Ahora toca pagar por lo que se hizo. Porque el que la hace, tarde o temprano, la paga. Limpiar cementerios sería una buena condena para los menores… y de noche, claro.
Yo ya lo hice en alguna ocasión y los muchachos no reincidieron. Se ve que hacía frío. Y eso que ellos lo hicieron de día.