Se llama Cheikh, tiene 28 años, es de Senegal y ha viajado hasta España, concretamente, a Málaga, para acompañar a su padre, Ablaye, en sus últimos días. Ablaye, cuyo caso se conoció gracias al personal del Hospital Costa de Sol, centro en el que está ingresado, padece una enfermedad rara que va a acabar con su vida en los próximos días. Y quería que su hijo estuviese con él. No sin dificultades, ya sabemos que la burocracia puede ser muro, el joven ha llegado a tiempo. Dios bendiga a los dos y a todos los que lo han hecho posible.
Cheikh se sabe mejor que muchos jóvenes españoles el artículo 155 de nuestro Código Civil y, lo que es aún más bonito, lo pone en práctica. “Los hijos deben respetar siempre a sus padres». Y ‘siempre’ es hasta la muerte y después también. Eso es lo que está haciendo Cheikh.