Buenas, soy Emilio Calatayud. Hay quien dice que soy un juez blando. Quizá lo dicen porque, al final, les cojo cariño a la mayor parte de mis ‘choricillos’. Pero eso no es ser blando, eso es intentar ser persona. No soy blando, ni duro, ni mediopensionista: intento ser justo. A veces lo conseguiré y a veces no. Pero, vamos, que eso no me quita el sueño. Duermo igual de bien si encierro a un niño que si lo condeno a leer y escribir, a veces, incluso duermo mejor si los encierro. Tengo la conciencia tranquila.