Buenas, soy Emilio Calatayud. En 1995, tuve el privilegio de encarnar a un Rey Mago en la cabalgata de Granada. Nunca lo olvidaré. Os contaría lo que sentí, pero es que no encuentro palabras para describir la emoción que me produjo interpretar el papel de Mago de Oriente.
Lo que sí puedo contaros es que curé a no menos de treinta niños de su adicción al chupete. Me explico. Entonces, ya no sé si ocurre ahora, los papás decían a sus pequeños que dieran el chupete a los Reyes Magos para que se lo llevasen, que ya eran mayores y no les hacía falta. Y los niños ‘picaban’. Bueno, pues yo llegué al final del recorrido con no menos de 30 chupetes, ja, ja, ja. Fue precioso.