Buenas, soy Emilio Calatayud. Cada vez escuchamos menos a nuestros mayores. Veo a familias juntas para celebrar a una comida de Navidad y observo que nadie presta atención a los abuelos. Están como arrinconados mientras los hijos y los nietos hablan de sus cosas, de lo importante que son y de lo mucho que han conseguido. Parece que se olvidan que le deben lo que son al esfuerzo de sus mayores.
Como sigamos así, acabaremos dejando nuestros móviles a nuestros abuelos para que no nos molesten. Como ya se hace con los niños.