Buenas, soy Emilio Calatayud. Vivimos en una democracia, pero existen comportamientos que a veces nos recuerdan que hay quien no entiende en qué consiste una democracia. Y lo más preocupante es que esas conductas se dan con frecuencia entre menores. Hemos conocido en estos días casos de humillaciones en centros escolares que, presuntamente, han acabado por empujar al suicidio a adolescentes que ha sido víctimas de vejaciones porque tenían autismo o hablaban con acento argentino. Eso es de intolerantes y maleducados. Y con intolerancia y mala educación no hay democracia.