Un niño al que se le da todo acaba por no apreciar nada, ni siquiera a sus padres

 

Foto: Pepe Marín

Buenas, soy Emilio Calatayud. Si a un hijo le dais todo lo que pide, aunque os cueste la bolsa y la vida,  no le estáis haciendo un favor.  Eso no es educar. En el mejor de los casos es un error, y en el peor, un intento de quitártelos de encima para que no molesten mientras vosotros miráis el móvil o tomáis una caña. Sé que es difícil decir ‘no’, pero hay que hacerlo.  Mejor que se lo digáis vosotros que no se lo diga la realidad.

Un niño al que se le da todo acaba por no apreciar nada, ni siquiera a sus padres.

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