Buenas, soy Emilio Calatayud. Esta Semana Santa, como ciudadano, como católico y como juez de Menores, me conmovió el gesto del Papa Francisco de lavar y besar los pies de chicos y chicas encerrados en un correccional romano. Para mí eso es la esperanza, confiar en que los niños y los adolescentes que han cometido delitos merecen una segunda oportunidad. De hecho, esa es la esencia de la justicia de Menores.
Francisco dijo a los chicos que «el Señor está siempre de su lado» y que «nunca se asusta» de lo que tienen dentro.