Buenas, soy Emilio Calatayud. Lo veo en mi barrio, el Albaicín. Muchas personas mayores utilizan los móviles esos de ‘cuelga-llama’. Es decir, los que teníamos la mayoría al principio. Servían para telefonear y punto. Ni conexión a Internet ni redes sociales ni ‘na’. Dicen los abuelos que a ellos les basta con los ‘cuelga-llama’ y que, encima, la batería dura un huevo. Mantengo que ese es el tipo de móviles que deberían tener los menores hasta, como mínimo, los 16 años. Pero no hay manera. Se ve que a los niños les da vergüenza que les vean con esos aparatos.  Creen que son menos que sus compañeros, que tienen ‘aifhones’  y tal y cual.  Y parece que sus padres son de la misma opinión.  Así que se gastan 300 ó 400 pavos para que nadie piense que sus hijos son antiguos o pobres. Pero, en realidad, son los más avanzados. Al tiempo.