Foto: Alfredo Aguilar
Hola, soy Carlos Morán, el compañero de blog de don Emilio. Hace unos días, el juez y un servidor mantuvimos una plácida conversación sobre el verano que han publicado como entrevista los diarios del grupo Vocento. En la charla, su señoría recuerda que, debido a su legendaria timidez para los estudios, su padre le impuso una condena que le costó sudor y lágrimas superar. Pese a ello, habla de aquel episodio con añoranza. «Mi padre me castigó a pasar un verano como aprendiz en un taller de coches. En una ocasión, tuve que subir una cuesta empujando una rueda de tractor. Fue una putada, pero lo recuerdo con nostalgia».