Buenas, soy Emilio Calatayud. Cierra el colegio de Campillos, provincia de Málaga, el ‘reformatorio’ para pijos en el que aprendí una ley fundamental: la de la botella. ¡Qué nostalgia! Siendo un niño, me pasé todo un verano encerrado allí por mis malas notas. Mi amigo ‘el Chule’, que fue el compañero de fatigas, y yo solo salimos una hora y media del colegio. Y porque eran las fiestas del pueblo. Pero, en general, tampoco tengo un mal recuerdo. Allí aprendí que el que la hace la paga. Y, la ley de la botella, el que la tira va a por ella. Y ‘el Chule’ y yo tiramos la botella y llegó hasta Campillos. Tuvimos que ir a por ella.