Buenas, soy Emilio Calatayud. Aunque ya hay un cierto movimiento de resistencia (los padres se están organizando en distintos puntos de España para retrasar lo más posible la edad para que los niños tengan un teléfono celular), la verdad es que el móvil de última generación sigue siendo el regalo estrella en las comuniones, convertidas desde hace tiempo en unas fiestas de lujo. Las familias tiran la casa por la ventana y se endeudan para que no falte de nada.
Y luego llegarán las fiestas de graduación y los consiguientes viajes de estudios, y los niños pues se van de crucero, sí, de crucero. Y las familias vuelven a endeudarse para que su niño no sea menos que nadie. Y estoy hablando de estudiantes de ESO.
Se nos sigue yendo la pinza.