Buenas, soy Emilio Calatayud. A diario recibo críticas, algún que otro elogio y peticiones de todo tipo, pero como la que os cuento a continuación, ninguna. «Don Emilio, puedo mandarle a mi hija un tiempo a su casa, la veo tan perdida…» Es la primera vez que me piden algo así. Y me emociona y me hace gracia a la vez. Me emociona porque hay personas que piensan que yo puedo ser un buen padre para sus hijos, cuando ni siquiera sé si he sido un buen padre para los míos. Y me emociona porque todos los padres hemos pensado alguna lo mismo: la veo tan perdida. Eso es amor.
Y me divierte porque tiene gracia: un abuelete como yo, convertido de nuevo en padre. Pobre chica. Unos padres que se preocupan así por su hija son unos buenos padres.