Buenas, soy Emilio Calatayud. Estas son las cosas por las que tanto me gusta mi trabajo y por las que, a pesar de las goteras en mi salud, no me jubilo. Me escribe una niña a la que encerré y, acompañando el texto con una foto de ambos en la que me abraza, me dice lo siguiente: «Gracias por todo don Calatayud, hace una semana salí en libertad. Gracias por enseñarme que la familia es lo primero, que si no es con mi madre no es con nadie, y que la felicidad está en los pequeños momentos junto a los tuyos y el descubrir experiencias nuevas nos hace mejores personas; que la solución a los problemas no son ni las drogas ni quitarse del medio, sino hablarlo; por eso, al día de hoy, te lo quiero agradecer».
Lo que acabáis de leer es el fruto del trabajo de muchas personas y de la propia niña. A todos ellos les doy las gracias.