Cuando era niño, si el quiosquero te veía con pantalón corto no te vendía revistas porno; ahora llega a todos por el móvil

Buenas, soy Emilio Calatayud. Parece que las instituciones, todas, se han puesto por fin las pilas con el tema de los móviles y los menores de edad. En ese sentido, hay especial preocupación con el acceso de los niños y adolescentes a las páginas de pornografía y los efectos que eso puede conllevar. Ese fenómeno empezamos a verlo en mi juzgado hace más de una década y lo hicimos público, pero con escaso éxito. Pero, vamos, nunca es tarde si la dicha es buena.

Cuando yo era niño, si el quiosquero te veía con pantalón corto no te vendía las revistas porno. Por lo menos existía ese filtro. Ahora, el porno está al alcance de todos por los teléfonos móviles. Y las grandes compañías tecnologías no tienen los escrúpulos que tenían los quiosqueros. Hay mucho dinero en juego. Y, sobre todo, muchos datos de los usuarios, que son el gran negocio.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.