Buenas, soy Emilio Calatayud. Hace unos días me encontré en la calle con un chaval al que había condenado. Me contó que, después cumplir la pena, había hecho un módulo de FP y que estaba trabajando, que la condena le sirvió para recapacitar. Me alegré por él. Luego me dio las gracias por condenarle y un abrazo. Me hizo llorar el ‘condenao’.